«La historia detrás de nuestras urnas artesanales: cuando el recuerdo se transforma en arte»

Una marca nacida del amor y el respeto

En un mundo que a menudo olvida la importancia de los rituales, Encinas Eternas nace con una intención clara: transformar la despedida en un acto de amor, respeto y belleza duradera.
Mi apuesta es, en un 90%, por la madera de encina, símbolo de fortaleza y arraigo. Trabajo con piezas hechas a mano, 100% naturales, sin barnices ni lacas. Cada urna se finaliza con cera de abeja y, durante el proceso de secado que dura alrededor de dos años, se trata cuidadosamente con aceite de lino para preservar su nobleza.
Algunas urnas incorporan también resina epoxi, que me permite recuperar fragmentos dañados, aportar contraste y dar nueva vida a piezas que de otro modo se perderían. Este material aporta además matices de color que embellecen la madera sin restarle autenticidad.
Las encinas que utilizo provienen de madera destinada al carbón, rescatada de las míticas carboneras extremeñas. Durante generaciones, estos lugares fueron el corazón de una tradición que convirtió la encina en sustento y cultura. Hoy, esa misma madera se transforma en un homenaje que trasciende su uso original: de combustible vital a símbolo eterno de memoria y amor.
Cada veta cuenta una historia. Cada grieta es una huella del tiempo. En cada urna conviven la naturaleza, el oficio y el alma. Por eso, no son simples objetos: son piezas únicas que resguardan recuerdos y ayudan a transformar el dolor en símbolo, el vacío en belleza y el adiós en un acto de eternidad.

“Descubre cómo rendir homenaje eterno con una urna única y cargada de historia.”

Ver nuestras urnas